Susurrando palabras para el día de la mujer

A veces ocurren cosas sin importancia. Incluso parece a primera vista una tontería. Imagino comentarios del tipo: “¿Y esto para qué sirve?”; “Se van a reír de nosotras”, “A mí me da vergüenza” o cosas peores. 
Y es que a primera vista o para una vista muy corta, los susurradores es algo que no se entiende. Sin embargo, todo cambia cuando las palabras llegan con la magia con la que recorren un espacio con una resonancia distinta, la belleza de las palabras se llenan de tonalidades distintas. Cualquiera que lo haya probado sabe de qué estoy hablando.
Y la ocasión lo merecía: en vez de gritos, insultos, palabras que hacen daño y que desvalorizan a las mujeres, nosotros celebramos el 8M ofreciendo mensajes positivos, versos de poetas que dan valor a la condición de la mujer. Y lo hicimos ocupando las calles, asaltando a las personas que caminaban o hacían sus tareas en el Mercado de Abastos. Siempre con respeto, siempre valorando la escucha y los silencios, regalando palabras de comprensión, solidaridad y justicia.

Superadas las reticencias iniciales, fuimos ganando en confianza, superamos nuestros miedos y comprendimos que lo que estábamos haciendo tenía valor y que las personas estaban necesitadas de palabras de aliento en un día tan señalado como el 8M.

Incluso ofrecimos los textos en lugares inverosímiles o poco dado a este tipo de actividades. Nos daba igual una empresa, que entrar en una sucursal del BBVA o en el propio Ayuntamiento… Lo pasamos bien, además, conviviendo en grupo, compartiendo una experiencia e incluso haciendo que las personas se animaran también a usar nuestros susurrdores.




En fin, cada uno del equipo tendrá su propia experiencia, incluso anécdotas divertidas o no tan amables. Sin embargo, importaba arriesgarse, superar aquello que nos impide ser libres y que nos encorseta porque otros nos imponen lo que parece que hay que hacer. Con algunos desajustes que debemos pulir, me habéis demostrado que sois jóvenes que tenéis mucho que aportar. Pero tenéis que aprender a desplegar las alas, hacer las cosas con pasión y luchar por lo que es justo frente a los que no entienden nada porque no saben mirar más allá de lo que siempre han visto.
¡Enhorabuena por el esfuerzo y espero que esto sea el principio de otras actividades enriquecedoras!