Vivir y Sentir el Patrimonio. La Leyenda del Arco de la Rosa

En el marco del programa “Vivir y Sentir el Patrimonio” (coordinado por Francisco J. Gutiérrez), a lo largo de los meses de marzo y abril los alumnos de 2º ESO han realizado distintas maquetas del Arco de la Rosa, uno de los símbolos del patrimonio de Marchena, bajo la dirección de los profesores D. Luis Fernando Hidalgo y D. Juan Miguel Borrego.
Para complementar este trabajo, desde el Departamento de Lengua y Literatura, con Dª Asunción Herce como coordinadora y Jefa del mismo, han abordado en clase de Lengua, la leyenda que se relaciona con el mismo. En él se trata el mito del amor imposible entre una princesa mora y un capitán cristiano. Una leyenda con gran arraigo en la localidad, de la cual circulan distintas versiones.
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La leyenda del Arco de la Rosa de Marchena: La historia de un amor imposible entre una princesa mora y un cristiano, A. MALLADO (Marchena, 28 de septiembre de 2014).
El Arco de la Rosa es uno de los emblemas patrimoniales de Marchena, una estampa que identifica a la localidad de la Campiña y que entronca con su rica historia. Es en realidad una puerta almohade situada en la muralla que protegía a la ciudad y el lugar por el que se accedía a la misma desde Sevilla.
Pero además de la belleza de su construcción el Arco de la Rosa atesora también una hermosa leyenda, que entronca con la tradición narrativa popular de Andalucía que tiende a buscar sucesos trágicos, llamativos o devocionales como justificación de los nombres de aquellos lugares que tienen un lugar destacado en la memoria colectiva.
La leyenda narra que una princesa mora se enamoró de un capitán cristiano. Un amor imposible de los tiempos de la Reconquista. La princesa cada día arrojaba una rosa a su capitán. Pero el soldado murió y la princesa pidió permiso para visitar la casa del cristiano del que se había enamorado. Le fue concedido el permiso y al entrar en sus aposentos descubrió que estaba lleno de las flores secas que ella le había lanzado.
La belleza de la leyenda merece el recuerdo y la pervivencia, pero el rigor histórico apunta a un origen más mundano y simple del nombre y a la vez más lógico. Es posible que su nombre se deba a la colocación en este lugar de un cuadro de la Virgen en este lugar tras la conquista cristiana de la ciudad, siguiendo la costumbre de cristianizar los lugares paganos con la presencia de imágenes sagradas. Esta imagen mariana aquí colocada tuvo precisamente la advocación de la Virgen de la Rosa y con ello dio nombre al arco almohade y la estructura defensiva adyacente.
La puerta en sí tiene forma de arco de herradura y está flanqueada por dos torres. Sobre 1430, Pedro Ponce de León, Señor de Marchena y Conde Arcos, la remodeló y colocó sobre ella el triple escudo que aún puede verse. El de los Ponce de León; el escudo papal, por la ayuda recibida en sus campañas por este noble y la columna que representa a la familia del Papa Martín V, valedor de los Ponce de León.